Me encanta la palabra, así en inglés, #sorrynotsorry con la h muda e intermedia porque describe perfectamente lo que he recibido y los sentimientos encontrados de los últimos cinco meses. El común denominador en los tiempos que corren además del torbellino de emociones es lo que viene siendo la “Cajita Feliz”. Justo como antaño nos ponían tan contentos (con juguete incluído), ahora igual pero de “otra variedad” a la de “¡pa ra pa pa pá!”: que si Mercedes-Benz México para la presentación virtual de las totalmente nuevas GLE Coupé y GLS. Que si Hèrmes para su nueva colección en vivo y en directo. Que si The Centurion Club. Que si H&M. Que si Reserva de la Familia. Y otras más, que recibo aquí instalado desde lo que viene siendo una variedad mexica del “white privilege” donde todo viene en cajas de diferentes colores y tamaños: desde las sorpresas de “the little blue box” de ya saben quién, hasta lo más, más, más. Sin embargo, todo parece indicar que en el mundo de las redes y plataformas sociales todas habrá un tremendo shakeout de proporciones darwinianas. Durante de la “centena trágica” en que NADIE quería ver, o saber sobre compras de lujo o viajes costosos (antes dix “aspiracionales”), fue momento de los “influencers” empáticos, también en sendo aislamiento y cuarentena como “todos los mexicanos que fruta vendían”. Después del relajo (del verbo relajamiento) del op cit ahora sabremos quienes se quedan, y con cuáles marcas. Seguramente no sobrevivirán todos, aunque muchos con la vacuna de la “afluencia” [sic] andaban del tingo al tango. Ya ni los “amigos” realmente ídem. Seguramente sólo los más movidos, “in sync and in tune with the times” lograrán el ansiado crossover a las nuevas necesidades. Atrás quedaron expuestos y en evidencia muchos en cuentas de Instagram como Influencers in the wild: haciendo el ridículo, siendo oportunistas con los temas a discutir, o muchos otros más que le hacen honor a la película coreana y cuyo único mérito es ser “guerxs”. Sin viajes gratis, invitaciones VIP, ni freebies, ni nada de nada, hubo bien poco que hacer en los últimos cinco meses. Los más oportunistas migraron a Tik Tok y se dedicaron a replicar lo mismo across the board. Hoy, hoy, hoy en Reels. Pero el verdadero consumidor de lujo ha decidido que es el tiempo, o la familia, o los “valores” y así ha reconocido comportamientos tóxicos como los que exhibe Diet Prada y Whatthefffake quienes se han dedicado a desenmascarar fraudes y a los fantoches, e ir más allá de las rancias estrategias de los giveaways, el abuso del bodyshop y su recurrente bodyshaming. Sigue siendo vital la premisa que no todo lo que se ve en Insta es real y hoy, hoy, hoy más que nunca. Sin embargo, aún existe uno que otro despistado enviando mensajes tipo “I am the blogger behind _______________ (fill in the blank) and I understand times are a bit difficult, but I wanted to reach out and would love to collaborate.” O aquí en nuestro código postal “soy influencer de viaje, moda y lifestyle colaboro con varios hoteles a cambio de intercambio de noches.” O los que literalmente están al borde del cinismo: “la idea es quedarnos grabar contenido para redes, fotos para ustedes e idealmente usar la locación en el video de YouTube, aunque como te comenté el intercambio tendría que ser diferente esta vez por una cuestión mía de contrato” (…ya que tengo exclusividad de giro hotelero con OTRA compañía que me prohíbe publicar o mencionar otras). Más de una ocasión he estado tentado a contestar algo así como: deja les dijo a los miembros de mi equipo que una de las 10 quincenas en aislamiento, en que puntualmente has recibido un salario ahora lo voy a sustituir con “1 post e instastories esto para generar más exposición (re sic) del hotel”. O deja “les pregunto a nuestros colaboradores para decirles que les vamos a pagar su trabajo a distancia con una foto tuya, una publicación en redes sociales o un hashtag”. Y aun cuando en la revista Expansión dio cuenta de los datos de Socialbakers que establece que los pequeños influencers representaron el 33.3% de las alianzas seguro que habrá un antes y después de la pandemia especialmente por ahora en que el acceso y el privilegio se han puesto en evidencia y se han desenmascarado abusos. No quiero ser un “KAREN”, adjetivo peyorativo, ni que all of the above aparezca en @Cosas de mamador pero es momento de reevaluar quienes sí ejercen el famoso clout o influencia de compra o reservas, o si el gremio, como dice what the fake siguen siendo “pendejos, pasándose la cuarentena por el orte y “viajando con todas las medidas de seguridad lejos de su código postal y de su radar de acción.” O luciendo de prestado y no como lo más cool que es propio y vintage como en Friday Fit de Throwing Fits. Entonces sí, tendremos todos que tomar sana distancia de all of the above y descartarlos de nuestras estrategias de marketing y evitar que se diluyan las marcas como hilos. PS Aquí cada semana lo que sí importa. Y no dejes de seguirme en Instagram obviamente para que veas todo lo que sucede (cada vez más poco y retacado de #tb), y leerme en Twitter ambos @rafaelmicha y revisar nuevamente todas las más de 320 entregas en la web en radarmicha.com y quincenalmente en El Mundo de Regina.