¡Tirando rostro!

¡Qué susto se debe haber llevado tanta gente el pasado miércoles 13 de marzo cuando se registraron fallas a nivel mundial en los servicios de Instagram, Whatsapp y Facebook. Por horas enteras. Especialmente “los bonitos de la fila” según mi bro Camilo Méndez de Lust, pero más, más, más, todos quienes al “crashear” las plataformas de redes sociales op cit -y citando a Aldo Rendón: “¡¡¡ya no eres modelo!!!!” Igualmente los que no pudieron publicar “sus” frases motivacionales, y especialmente lo que se sienten guías espirituales a lo Paolo Coehlho o Deepak Chopra.  Y,  todos y cada uno de los que han consolidado un negocio sobre el negocio de otros. #SorryNotSorry. Instantáneamente se dieron cuenta que no podían publicar sus compromisos sean influencers y bloggers y los autodenominados ídem y líderes de opinión que se percataron que su negocio pende literalmente de un hilo. O más correctamente de una señal ajena a sus designios, instrucciones, deseos u órdenes. Aquí he abordado el tema y hasta la revista TVyNotas ha hablado al respecto ad nauseaum. Hoy por hoy se está reconfigurando la relación entre las marcas, los consumidores y las “estrellas” del so called social media después de una erosión casi lógica resultado de un abuso e intransigencia a la que comenzó un período de poca originalidad, falta de autenticidad, transparencia y el “fin” del marketing de los influencers. Back to the future parece que all of the above regresarán a apoyar programas de ‘embajadores’, no pagados, de más largo plazo y lealtad, y cuya métrica es más clara y orgánica. Obvio todo empezó con los excesos, el entitlement de “me lo merezco” que muchos “personajes públicos” subordinaron a la cortesía, civilidad y buena educación. La actitud empezó a ser percibida como manipulación y combinada con mediciones poco confiables sumaron un enorme cinismo. ¿Estaremos ante lo que sucedió con myspace o los chat roooms otrora tan populares en el pasado inmediato?  ¿O, sólo estamos ante un ajuste de las estrategias de marketing digital y los creadores de contenido? Nos seguimos divirtiendo con las fotos, el stokeo, TBTs, los juegos como #tenyearchallenge et al o será que tan sólo son estrategias de ‘enganche” por parte de los que mueven la cuna y los hilos así como intentos explícitos por mejorar la tecnología de reconocimiento facial -tal y como lo dijo Ian Bremmer en su teoría cargada sospechosismo total. Twitter es un inmenso hoyo negro para todos y para todo tipo de publicaciones y opiniones –perverso y peligroso y con consecuencias adversas. Tan sólo hay que recordar lo que sucedió entorno al autismo del hijo de Alfonso Cuarón durante la última entrega de los premios Óscar y los ignorantes como Angie Leal y su “dejemos de tomarnos todo tan personal” y el estúpido Alex Pelayo so called periodista deportivo y sus memes. ¿O los sesudos análisis denostando bots, respuestas autómáticas y trolls usados por la transformación de cuarta? Muchos se abocan mejor en el uso intensivo de sus contactos de Whastsapp, más personal, más amigables (sólo fans, y ‘admiradores’). Instagram como herramienta de la autopromoción es cuestionable: la plataforma no deja de ser como una herramienta permanente de espionaje, un periscopio  perfectamente dirigido donde aún entre amigos se percibe claramente la educación y buenos modales con los likes mutuos, comentarios con base en reciprocidad, el uso de “emojis”  bien intencionados  así como un sinfín de vicios y descalificaciones todas. ¿Estamos ante un momento del fin de la autoayuda y una valoración del mundo real vs. el virtual?  ¿O seguimos viviendo bajo la premisa de: conoce el producto y experimenta sus bondades, súmate a la conversación y publica (ya sea en un “post fijo o stories”?) Si lo único que resultó de all of the above es que seamos una sociedad más data driven hay que ser cada vez más cuidadosos al navegar el verdadero laberinto de las redes sociales e identificar la oportunidad que representan, especialmente las micro-comunidades que realmente son verdaderamente influlyentes (valga la redundancia). “The power of a fan-for-life  vs. short-term reach one-off influencer campaign.” PS Aquí cada viernes, lo que sí importa. Y no dejes de seguirme en Instagram para que veas todo lo que sucede y leerme en Twitter ambos @rafaelmicha y lee todas las columnas en la web en radarmicha.com

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