Nada como las subastas en mayo

Me encanta asistir a las salas personalmente y más más más comprar en subasta y escuchar su ¿quién da más? local y el “fair warning” anglosajón. En vivo y a todo color, al teléfono, o por internet vía Paddle8. Y ahora que recién se anuncia la asociación de ebay y Sotheby’s ¿quién podrá defendernos? Pero no todas las subastas han sido tan afortunadas y siempre agradables. En 1939, en la ciudad suiza de Lucerna se llevó a cabo la venta por subasta más triste del mundo mundial: el consignante fueron los representantes del Tercer Reich quienes pusieron bajo el martillo 125 lotes de arte considerado degenerado. De Gauguin a Van Gogh, de Matisse a Picasso. De Nolde a Derain y Vlaminck. De Liebermann a Chagall y Pascin. Muchas obras fueron adquiridas en esa ocasión por coleccionistas belgas. Otras por conocedores como el norteamericano Joseph Pulitzer. Muchas más fueron rescatadas por después por Operación Monumentos -The Monuments Men –los verdaderos de la peli de George Clooney y Matt Damon. Muchas obras más siguieron el camino de la movi próxima a estrenarse “Mujer Dorada –Women in Gold protagonizada nada más y nada menos que por el Retrato de Adele Blch-Bauer pintado por Klimt (y no por la estrella Helen Mirren) a imagen y semejanza de las propuestas de Margaret McDonald. Estelarizada también por Dakota Fanning y David Suchet la película se ve casi casi como ficción. Casos de la vida real –ahora en el cine- las heróicas gestiones de empresas como la Comisión Roberts, la valentía de Rose Valland del Jeau du Paume hazañas todas que llenan libros como The Rape of Europa. Otros ejemplos más están saliendo a la luz incluídos aquellos casos de ‘exportación ilegal’ pero más y más se resuelven con resultados positivos. Hace poco oficiales de Nueva York devolvieron a Italia una obra de Tiépolo que había sido robado de una colección privada en Turín desde 1982. Felizmente no vio la luz de la casa de subastas (en donde fue descubierto) sino que volvió a sus dueños. Así, casi siempre y más y más seguido se lee en la prensa de aventuras similares con un final feliz. Que si la obra del retratista inglés George Romney “Retrato de Emma Hart –Lady Hamilton” el cual fue devuelto a sus dueños originales al ser usurpado por los nazis y después de una ‘estancia’ en la colección Rotschild ahora ha sido donada por su nieta al Museo de Bellas Artes de Boston. ¡Qué feliz! Betinna Burr recuerda que su abuela viajó a las minas de sal –tal y como las describe la película de Clooney- para identificar el patrimonio familiar. Países como Austria han sido muy activos en la restitución de objetos a sus dueños originales. Y no es necesario fantasear en personajes encarnados por Helen Mirren –por ejemplo- para engancharse con la historia de una heredera y su lucha por recuperar tan sólo una de las 5 obras de arte de Klimt robadas por los nazis. Valuada en más de $135 millones de dólares de la última vez que cambió de dueño en 2006 el verdadero valor –además del plástico y su significado para el arte mundial- es la lucha de la heredera de la ‘pintada’ por su nieta Maria Altmann para conseguir que le fuera devuelta la pintura. Las leyes de restitución, la cantidad de bienes confiscados y lo espinoso del tema –aderezado por el paso de tantos años- hace parecer como el estado en Facebook ‘Complicated’ para decir lo más mínimo. Hay otros ejemplos más de restitución en busca de ser encarnados en películas: como el del heredero de una pintura de El Greco la que regresó a su familia después de 1938. O la colección que se encontró en el departamento en München de Cornelius Gurlitt (depositadas en custodia después de un litigio en el Museo de Berna) en espera de ser desmembrada y regresada cada una de las obras maestras a sus dueños originales. Muchos cuadros aún no son identificados por los descendientes legítimos y engalanan las paredes de museos importantes. Historias desafortunadas de herederos como la que llevan actualmente los del marchand d’art holandés Marei von Saher quienes hoy, hoy, hoy luchan contra el músculo del Museo de Arte Norton Simon en Pasadena que se rehúsa a devolver dos obras maestras de Lucas Cranach. Pero siempre y cuando no lleguen –misteriosamente a las salas de las empresas de subasta para su venta- esperemos más valientes, con mayor tenacidad y valor que demanden la restitución de su patrimonio contra viento y marea. No es el busto de Luis XIV de Jeff Koons que se subastará en Christies, pero…. Sígueme aquí en radarmicha.com y en twitter @rafaelmicha e Instagram @rafaelmicha

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