La número 1

Las vacaciones de fin de año (y el semáforo rojo que parece eterno) nos dan oportunidades perfectas para el chill out y ver TV. Sin interrupciones -y con gran variedad- pero sin lugar a dudas lo mejor que hemos visto en los últimos meses nos lleva a una de las épocas doradas de la literatura universal, ahora en flamante technicolor. La “regencia” fue un tanto complicada y difícil por que implicó que el rey Jorge III fue considerado no apto para gobernar -ciertamente aciaga para el imperio británico -circa 1813. Sólo hay que mencionar algunas palabras como Waterloo, Trafalgar, Nelson, la expansión napoleónica, y la pérdida de la guerra de las 13 colonias. Pero all of the above resulta en el marco perfecto para que suceda más drama y tragicomedia al más puro estilo de Valentín Pimstein y su herencia en el canal de Las Estrellas 2021.  La literatura decimonónica tiene una gran aceptación y su representación ha sido recurrente en Hollywood. Hoy regresa a los reflectores, con ejemplos como Emma (2020), Belgravia de Julian Fellowes, y Bridgerton.  Las pelis y series inspiradas en el trabajo de Jane Austin son de lo mejor: cuentan con intrincadas tramas que se tergiversan con un poco de todo: herencias disputadas, buenos modales, privilegio (o entitlement) y desatinos varios. Nunca decepcionan: siempre cuentan con coquetas locaciones que parecen no reflejar guerras y conflictos o una época en la que abiertamente se mofaban del rey, al grado de terminar éste recientemente reducido a un personaje irrisorio en el musical Hamilton entonando su estrafalaria canción: “I’ll be back!”.  El entrañable personaje ahora es cámara shy en la serie de Netflix Bridgerton y sólo su esposa la reina Charlotte -mestiza y afro americana- justifica el electo multicultural y racialmente diverso de la serie. Obvio la historia y la revisión literaria aquí no tiene parangón o similitud con la realidad (ni ninguna clara intención) como sería la locación en Grosvernor Sq.  –cuando ciertamente la locación es South London y otros exteriores en Bath, una ciudad mucho mejor preservada arquitectónicamente vs. Londres. Narrada por una voz en off por parte de Lady Whistledown es una suerte local de Barbie Condechi de principios de siglo XXI o Regina de la revista Quien o Joaquina de la revista Caras -pero en 1813. Es el pasquín “rosa”, o Gossip Girl y su famoso “XOXO” narrado con el inconfundible acento tan posh de la ganadora del premio de la Academia Julie Andrews. Whistledown Society Papers es la ocurrencia de Shonda Rimes productora de series como Scandal y Gray’s Anatomy y relata en su más creativo «anglicismo» los vericuetos de un whistleblower. No se salva de las obviedades y perogrulladas de los op cit pero ojo: Bridgerton  NO es literatura como la de las Hermanas Brönte ni el resultado de la ficción de Jane Austin. No es un film, sino más bien fast TV producida por Shondaland para ser consumida asap. Ya hasta se ha dispuesto de una segunda temporada (y hasta 8 en total) apenas 7 días después de su estreno por la gran aceptación de la audiencia. La serie cuenta con la reinterpretación de música actual como Thank you, next! entre otras, con el estilo de cámara de la época interpretado por parte de Vitamin String Quartet. Es tan afortunado que lo mismo usa el segundo vals de Dmitri Shostakowich también fuera de contexto histórico, o una versión temporalmente imprecisa de Belle Nuit, ô nuit d’amour. Y ni qué decir de los múltiples desnudos rayando en soft porn o la inclusión como ciertos de los estándares de belleza de que imperan hasta el siglo XXI. Los decretos feministas tan de moda en la actualidad son insertados de manera afortunada y exageran lo que las escritoras de la época originalmente buscaban. Y de debauchery y “liassons» que un siglo después nombró Oscar Wilde «that dare not speak its name» abundan, Sin embargo todo tan vigente. Referencias a movies clásicas como Gone with the Wind o Wuthering Heights, las revistas del corazón -tan de moda hoy en día- como entretenimiento ante una realidad implacable. Escándalos, locaciones fastuosas, y peluquines, hay de todo un poco como en las más estrictas adaptaciones de  novelas de Jane Austen como Emma (la versión de Autumn de Wilde), o Pride and Prejudice, et al Emma (2020)  y su colorido decorado (también ambientada durante la regencia) es otra referencia que combina de manera perfecta la escenografía y el vestuario. Obvio, hasta allí los parecidos, porque Miss Jane Austen hace literatura,  no múltiples ocurrencias de guionistas de Hollywood. Y para seguir “en maratón” habrá que tomar las sugerencias de los fans con Sanditon: otra serie, misma época, diferente canal: ahora producida por PBS, con base en una obra sin terminar de Austen con las aventuras de Charlotte Heywood en el lugar del título. Todo digno de la más reciente entrega de la revista inglesa Tatler con el encabezado: Country House Awards que incluye: the most coveted invitations  (en una época especialmente difícil en Londres entrando apenas en una nueva, y más estricta cuarentena). O la mejor lista de invitados para formar “the ultimate social directory”  [sic]. OBVIO, muero por tener entre mis manos dicha entrega o por lo menos su versión “instant digital access” tanto o más que un waistcoat de brocado mismo que debo pedir pero ya a Tomorrowland Tailors.  Éstas SI son dinastías, y no como las «tequileras» que han pretendido se consuman en la misma temporada pero región 4 de Netflix y, obviamente nada  que ver con The Crown, same shit, different century. PS Aquí cada viernes, lo que sí importa. Y no dejes de seguirme en Instagram para que veas todo lo que sucede y leerme en Twitter ambos @rafaelmicha y lee todas las columnas en la web en radarmicha.com

Estándar

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s