Quiero pensar más allá de la realidad actual y de las distracciones mundialistas, e instalarme en José El Soñador -más no por la referencia al Génesis y ciertamente menos a la versión del éxito del West End londinense o en Broadway newyorkino de Andrew Lloyd Weber y su versión más light y technicolor –a todo color. Más correctamente en la bien poética y portentosa creación literaria de 4 volúmenes de Thomas Mann. José -al que su «padre, el amigo de Dios, tenía la costumbre de «llamarle ‘cordero’, mi retoño, hijo de la virgen, de la Amable, hijo del árbol frutal a las orillas de la fuente, vid fecunda de la viña…corazón de la primavera, primogénito del toro en su esbeltez». José al que «Amenhotep invistió con el “bello cargo de el primer intérprete de los sueños del Rey» y así logro el ansiado crossover a las páginas editoriales de nuestro diario Excélsior y publico lo siguiente allí: ¿Cómo y en qué momento pasamos de ser tema de la portada de TIME Magazine bajo el título de Saving Mexico y en The Economist con su icónico artículo Mexico Moment (y los memes et al) a convertirnos en material de un programa de variedades como Last Week Tonight? ¡Qué indignación, pero más, más, más, impotencia, y desesperanza! Los mexicanos que trabajamos apenas 288 días al año de acuerdo con cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) nos merecemos más. Oséase que después de laborar un casi 79% del año o alrededor de 2 mil 592 horas, es decir le echamos ganitas. Obvio no sucede así siempre durante el Mundial, especialmente si tomamos en cuenta que pasamos enfrente del televisor, y ahora servicios de streaming y aparatos móviles (algunos en su Samsung 9 +) más tiempo so pretexto de estar conectados y al corriente de la gesta mundialista. No es exageración: México es el sexto país comprador de entradas para este evento con 60,302 boletos, y si además asumimos que un gran porcentaje de los compradores en Estados Unidos de América (88,825 en total) muchos son compras hechas por mexicanos. Entre nuestro incondicional apoyo al “Tri”, las distracciones propias de las vacaciones, y la duración del proceso electoral (precampañas y campañas –casi 200 días) se nos tergiversaron las prioridades. Lo que sí, es que ahora urge trabajar en la paz, la unidad nacional, empezar a construir, y después de cicatrizar la fractura retomar nuestro país en manos propias. Las de todos. Y jerarquizar los objetivos para que no haya impunidad y podamos exigir justicia. Comenzar la vigilancia ciudadana diaria y reforzar que se ejerza el estado de derecho, la procuración de justicia, y desaparezca la corrupción. En un proceso de verdadera reconciliación se hagan a un lado las diferencias y simultáneamente se realice un diagnóstico efectivo solícito y oportuno de la realidad nacional y se llegue a un consenso generalizado. Y lograr un país en donde se respeten los derechos y se mantengan los principios más que nada. Y simultáneamente se refuerce el crecimiento económico y el combate a la corrupción. Urge sanar la fractura tan dolorosa que hoy predomina, y se respete el derecho a disentir, se respete la diversidad, y la pluralidad -y en un ambiente de libertad- se vuelva a respirar la concordia que surgió entre todos los miembros de la sociedad civil como resultado de los trágicos eventos de S19. Hacer valer la justicia, el respeto y división entre los tres poderes de la República y se respete asimismo la soberanía entre los estados. Y con reflexión y claros avances podamos cabildear directamente a John Oliver para que visite México próximamente y vea que más que material para su programa de comedia somos un país ejemplar. O ya de a “perdis” que su respuesta aquí en nuestro #Radar (en México y Latinoamérica) Chumel Torres en su estreno hoy contundentemente exprese como dijo el Benemérito de las Américas Benito Juárez “Entre los individuos como entre las naciones (y las televisoras aunque siempre es Home Box Office, HBO) “el Respeto al Derecho Ajeno es la Paz”. Sígueme en Twitter e Instagram en @rafaelmicha y lee todas las columnas en radarmicha.com