Hay niveles, y HAY NIVELES. Que si cartera mata carita. Que si poder mata todo. Pero hoy, hoy, hoy después de comprobarlo en Art Basel, con los resultados de las subastas de arte contemporáneo en Nueva York (y las que vienen próximamente en Londres), y las ferias de arte que lo demuestran existe un nuevo nivel TOP del mundo mundial internacional. Una clase aparte. La premiere. The high net worth. Le business. Die top top. Es el coleccionismo. Lo descubrieron ya desde antes los Medici en el Renacimiento. La Casa de Thurn y Taxis en el siglo XVIII. Los Rockefeller y los Carnegie tan decimonónicos. También los Vanderbilt a principios del siglo XX. Pero super über hoy son los art setters. Todos. Aquí, allá y acullá. En el mundo. Es un nuevo club de restringida admisión. El Eugenio de Beirut se llama Tony Salamé e ingresa al selecto grupo con su museo recién inaugurado en la capital de Líbano y diseñado por David Adjaye. Su Fundación Aishti ha logrado los tener los encabezados de las revistas más importantes a nivel internacional -incluyendo un sendo reportaje en The New York Times al momento de su magna inauguración en octubre del año pasado. El de Grecia, aunque de “otra” generación, es Dakis Joannou -con su DESTE Foundation for Contemporary Art. Joannou empezó a coleccionar hace un poco más de 33 años y le lleva una gran diferencia a Salamé –quien apenas tiene unos 15 años in the game. Más o menos como Eugenio López Alonso y la creación su fundación y su Museo Jumex. Hoy con otra inmensamente importante exhibición directo del Guggenheim Museum: Fischli and Weiss: ¿Cómo trabajar mejor? Después del éxito de la muestra curada por Pablo León de la Barra sobre arte latinoamericano ahora el recinto del nuevo Polanco –con el préstamo temporal del Jeff Koons en su atrio principal con vista al Soumaya- se mantiene surfeando en la mismísima cresta de la ola por todo lo alto del Continente Americano. Haciendo lo propio el equivalente femenino de Eugenio en Rusia, Dasha Zhukova presume con sobrada razón su Garage Museum of Contemporary Art en Moscú. Y si para muestra basta un botón el welcome gift que Eugenio envió a sus amigos creado por el artista plástico suizo Urs Fischer es nada más y nada menos que objeto de un exhibición en aquel radar : Small Axe. Entonces se comprueba la premisa: three makes a trend. Y los tres coleccionistas representan mucho menos una simple y sencilla acumulación de objetos (y obras de arte) sino más más más una verdadera red de coleccionismo, artistas, curadores, patrocinios, becas et al que se aboca en su respectiva jurisdicción a la promoción del arte. Y en México abundan otros los ejemplos. Se suman otros muchos que siguieron el ejemplo de hace un par de décadas puesto por el crítico de arte Olivier Deboise y su CURARE como Moisés Cosío y su fundación Alumnos 47 o Bosco Sodi con su Casa Wabi diseñada por Tadao Ando en Puerto Escondido. En Miami abundan ejemplos pero destaca por su certero esfuerzo Craig Robbins cómplice y promotor del Design District. Lo que empezó como una clara intención de mecenazgo, sustituyendo a la filantropía y la labor de beneficencia, muchas veces termina en donación pero más todavía cuando la riqueza se sustituye por una visión clara y con verdadero compromiso, ideas, imaginación y liderazgo. Es importante coleccionar, pero más el apoyar exhibiciones, el crear residencias para artistas como el caso de Casa Proal en San Rafael, Veracruz. Y de paso, la pertenencia a los patronatos de museos, el apoyo con tiempo, dinero y esfuerzo, así como liderazgo y la asistencia a las aburridas galas y otros ejemplos de obtención de fondos como son las subastas. Pero allí, ante los reflectores de los medios, se logra tejer la telaraña de las relaciones y del verdadero networking. Y con el apoyo a las publicaciones de arte que también ayudan. Como ANIMAL y con otros esfuerzos editoriales como la publicación de libros como el de Tania Candiani por parte de Arquine y Grupo HABITA. Como el pretexto para congregar en cenas y comidas tal y como en honor de Art for Amnesty /Pinton para anunciar el proyecto de El Holocausto de Manuel Rodriguez Lozano en DowntownMéxico recientemente, o en honor de Simon Starling, Emilia Kabakov o Nairy Bagharian. Es menos sobre el objeto y más sobre el proceso. Es siempre el viaje, y la trayectoria lo que importa. #HacerClub Sígueme en @rafaelmicha en Twitter e Instagram y lee todas las columnas en radarmicha.com