Hay que hacer un alto en el camino al primer semestre del año para recordar a la talentosísima Zaha Hadid, a mi sensei David Bowie, y al rockstar Prince. No es el Día de Todos los Santos pero, qué mitad del año hemos tenido con tantas y tan importantes bajas. Habrá sido la proximidad a la isla de Janitzio en el lago de Pátzcuaro que con sus tradicionales fiestas en los campos santos me lo recordó tan agudamente? Pero, con tantísimas pérdidas ni modo qué hacer. Hadid -que está por inaugurar en el 520 West 28th Street -justo enfrente de Hôtel Americano- 39 residencias vecinas al High Line en West Chelsea es irremplazable. Su importancia como arquitecto y como mujer es incuestionable. Es todo un ícono y su falta se hace notar desde ya. Pero regresando a nuestros nuevos vecinos, los departamentos que van desde los 4,895,000 dólares hasta los 50 millones, se entregarán a sus nuevos dueños principios del 2017. ¿A la mejor su pérdida en un espacio diseñado por Zaha se siente menos? ¡Ya lo creo que sí! La zona de West Chelsea, con Hôtel Americano, y con éste proyecto extraordinario se une a otro vecino por inaugurarse al público, la antigua casa de Louise Bourgois (quien también ‘partió’ en la semana) en el 347 West 20th St. que ahora está convertida en The Easton Foundation. Con gran expectativa, abrirá sus puertas el verano que comienza ya para visitas de pequeños grupos, así como la casa de su vecino William Ivey Long, el multi-premiado diseñador de vestuario de obras de Broadway. Pero regresando al audaz edificio de condominios basta decir que está también diseñado por los mismos desarrolladores inmobiliarios que concibieron One Museum Tower en Miami con sus 83 residencias de medio piso, pent house de piso completo, y dúplex townhouses con exorbitantes precios que arrancan en los 5.8 millones de dólares. Ambos dos son los últimos proyectos on the pipeline de la arquitecto que residía en Londres. Sin contar el estadio en Tokio que ha recibido más correcciones que nada y poco quedará de la personalidad original. Otro de los últimos diseños de su despacho fue la Torre Bora en Santa Fe -un desarrollo de “usos mixtos” que fue comisionado por el Fondo de Inversión Némesis Capital que dirige el Ing. Gustavo Tomé. Aquí en nuestro Radar se proyectaron más de 200 departamentos, un área comercial y sendos estacionamientos, con amenidades de primer mundo. Se anunció con bombo y platillo que habría un kids club, ludoteca, alberca, owners lounge, salón de eventos, gimnasio, roof garden, sala de cine y media room. Además sería el único high rise diseñado por su despacho en México with all of the above. Zaha Hadid Architects ahora tendrá que sobrevivir la crisis de identidad que resulta de existir sin su fundadora, y seguir adelante bajo la dirección de los otros socios. Perfectamente recuerdo cuando la conocí en casa de Fernando Romero, durante un petit comité a propósito de Zona Maco. Con su personalidad arrolladora. Con su entourage de discípulos entre los que se encontraba un mexicano: Rolando Rodriguez Leal, Lead Architect (whatever that means) quien colaboraba en el despacho de Bowling Green Lane. Con Zaha y algunos fans hablamos sobre el proyecto de hotel que una década antes había diseñado para Jorge Vergara y su JVC –la fábrica de polvo- donde ahora se encuentra el Estadio Omnilife. La recuerdo bien, tanto como a David Bowie (aunque nunca lo conocí personalmente) pero con quien reconecté en la exposición del Victoria & Albert Museum en nuestra última visita a Londres en el 2013. Obvio su música siempre ha sido parte de mi sountrack personal. Lo mejor fue recordar el amor que le tenía Evita a todas sus rolas, y sus constantes análisis de semiótica. Y ni qué decir de sus múltiples personalidades y reinvenciones. Su obsesión. Su esquizofrenia al límite. Y Prince -con su 1999 y más aún con Purple Rain– hizo las delicias de aquel verano en Miami con todo y el legendario 1984. May u live to see the dawn Sígueme en Instagram y Twitter en @rafaelmicha y lee todas las columnas en http://www.radarmicha.com