Ni tan sólo…

La expo recientemente inaugurada en el Museo Jumex “Al filo de la navaja” es un muy afortunado recap de buena parte de lo que ha sucedido en el mundo del arte contemporáneo en las últimas dos décadas. Exhibiciones en galerías, ventas, subastas, en Zona Maco, y en las ferias internacionales. De aquí, de allá y de acullá. Con su debido crédito a los rock stars mexicanos gracias al status conferido para ellos por parte de Klaus Biesenbach en su icónica exhibición “Mexican Exchange Values” de principios de siglo en PS1. Y el apoyo de la Fundación Jumex y especialmente gracias a la visión de Eugenio López Alonso. Es igualmente una constancia de lo sucedido, y la muestra como “un, dos, tres por mí” por parte de un importante coleccionista, a la alimón con otro juez y parte ya que la exposición centrada en adquisiciones y obras de la Colección Jumex está curada/organizada por Patricia Marshall, quien justo en ese par de décadas ha desempeñado un papel significativo en la formación de este acervo, como asesor o “art adviser.” Dicho rol aún sigue cumpliendo Patricia para Eugenio y, en veinte años, para otros tantos coleccionistas de nuestro código postal. La muestra se divide en cuatro secciones temáticas en las cuales se reflexiona sobre la migración y la libertad; el cuerpo humano; su entorno; así como el paso irrefrenable y siempre incompleto del tiempo a través de las obras de más de 40 artistas. Más allá de lo que dice el boletín de prensa para presentarla como “sesuda” y congruente Al filo de la navaja expone las modas e “ires y venires” de los últimos veinte años, con un marcado sesgo francófilo (por obvias razones), de artistas, de tendencias y escuelas como “art word” en francés, et al Y hasta el gusto personal del coleccionista ya que una gran mayoría han sido exhibidas en su casa op cit, para gozo personal y de sus invitados. Entre los seleccionados se encuentra obra de Carlos Amorales, escultura de Isa Genzken y  Dan Graham, así como importantes piezas de Damien Hirst y la bellísima propuesta de Alfredo Jaar. También de Danh Vo -que fue materia de una retrospectiva anticipando y detonando muchas más en otros códigos postales. Es imperdible, sin embargo por el “scope” que presenta y como dice RSVP #hayqueir. Justo allí mismo se presenta finalmente la producción de Mario García Torres con la música que creó  el día que invitó / hizo con un solo visitante / colaborador durante SOLO en el pasado reciente que convirtió el museo de David Chipperfield en su estudio personal. La visita de un día de duración de García Torres y Oosel se convirtió en una grabación improvisada de sonido ambiental, palabra hablada y música. El resultado es un experimento interesante. Sigue poniendo de manifiesto la cultura, y más, más, más el apoyo comprometido de la iniciativa y  visión privada. PS Aquí cada semana lo que sí importa. Y no dejes de seguirme en Instagram obviamente para que veas todo lo que sucede (cada vez más poco y retacado de #tb), y leerme en Twitter ambos @rafaelmicha y revisar nuevamente todas las más de 325 entregas en la web en radarmicha.com y cada quince días en El Mundo de Regina.

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